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DISCURSO SOBRE EL ERASMISMO Y CRISTIANISMO NUEVO EN EL QUIJOTE

NIMEGA 13-06-1977

EL ERASMISMO Y CRISTIANISMO NUEVO EN EL DON QUIJOTE DE LA MANCHA DE DON MIGUEL DE CERVANTES Y SAAVEDRA

El día 13 de junio de 1977 pronuncié ante mis catedráticos de las universidades de Nimega y Groningen el siguiente discurso

En breve quisiera dirigirles a ustedes algunas palabras sobre una posible relación entre las ideas del humanista Erasmo y el Don Quijote de Miguel de Cervantes Saavedra.

Inmediatamente después de que la primera parte del ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha había salido a luz tuvo ya éxito enorme, pero se puede afirmar que los contemporáneos de Cervantes no vieron en él más que un relato cómico y una continuación de la tradición de la novela de caballerías. No obstante a partir sobre todo del Romanticismo se hizo objeto al Quijote de varias interpretaciones. En las últimas décadas fue importante sobre todo la interpretación de Américo Castro, que reconoce en el libro un influjo considerable de Erasmo.

Américo Castro tiene la responsabilidad para el desarrollo de la llamada teoría de las tres castas que dice que antes de que los Reyes Católicos subieron al trono había en España una convivencia bastante armoniosa entre moros, cristianos y judíos. Este equilibrio, que existió durante siglos, desaparece al fin del siglo XV cuando los Reyes Católicos imponen la unidad de fe. Pero las tres castas continúan existiendo. Los cristianos viejos siguen conservando su preeminencia social, por ser la casta vencedora, los moriscos siguen siendo los labriegos y artesanos y los judíos convertidos al cristianismo, los llamados conversos, siguen consistiendo el elemento de una burguesía mercantil y de menesteres intelectuales.

Oficialmente desde hace 1492, después de la expulsión de los judíos, sólo hay católicos en España, pero los cristianos viejos no tienen mucha confianza en el mundo de la fe de los moriscos y de los conversos o cristianos nuevos. Los sospechan, porque siguen practicando su antiguo fe. Pero no abiertamente. En secreto siguen ser fieles a la ley talmúdica, de modo que ciertos conversos se alejan del aspecto social y público de la religión oficial en que en aquel entonces tenían sus reparos por ser una religión demasiado exterior, de ritos, sermones y ceremonias.

La prohibición del Tribunal de la Inquisición de la práctica judaizante va a dar paso a una interiorización espiritual entre muchos conversos, lo que contribuye al nacimiento del movimiento de los alumbrados o sea del iluminismo español, que se podría denominar en sentido amplio como un cristianismo interiorizado.

No es imaginativo que en este movimiento penetren las ideas de los libros de Erasmo y cuando el Inquisidor General en 1525 proclama el edicto contra los alumbrados, sin prohibir los libros de Erasmo, el movimiento iluminista va a servir de base para varias corrientes religiosas, entre las cuales el movimiento erasmista cuyos representantes mayores serán los conversos Luis Vives y Alfonso y Juan de Valdés.

Pero a partir de 1530 la atmósfera se cambia, no solo en España sino por ejemplo también en Inglaterra, donde el amigo de Erasmo, Tomás Moro, es encarcelado.

El Consejo de la Inquisición decide prohibir las obras religiosas de Erasmo, en 1559 y otra vez en 1583, y a perseguir a los erasmistas, confundiéndoles con los luteranos. En los años cincuenta la Inquisición bajo el Inquisidor General Valdés empieza a condenar a muchos erasmistas a la cárcel y hasta a la hoguera y es comprensible que Cervantes, con su sentido crítico, no pudiera manifestar abiertamente las ideas erasmianas.

Aunque vivía poca más tarde, el poder de la Inquisición quedaba muy considerable. lo que vemos en el Indice expurgatorio del cardenal Zapata de 1632, que dice (en la página 905):

"Miguel de Cervantes Saavedra, Segunda parte de Don Quixote, capítulo 36, al medio, bórrese: "las obras de caridad que se hazen tibia y floxamente, no tienen mérito ni valen nada"

Tengo la idea de que Cervantes expresó sus ideas en el Don Quijote bajo el cubierto de la locura de su protagonista. Tal idea encontramos en el Elogio de la locura de Erasmo. En este libro habla la locura y dice:

"Es posible que resulte peligroso decir las verdades ante los tronos, pero ved que ese peligro no existe para mis locos; a ellos se les permite decir las cosas más fuertes, sin que nadie se escandalice, dándose el caso de que afirmaciones que, dichas por un sabio, llevarán a éste a la horca, pronunciadas por uno de mis protegidos hacen reir y son celebrados como una gracia".

Cuando trocaremos las palabras "los tronos" con "la Inquisición", podemos comprender porque Cervantes afirma en el principio de su obra principal que don Quijote era loco. Le conviene y lo necesita. A la chita callando los locos y los muertos podían decirlo todo.

Si los personajes que le rodeaban no le habían tomado por loco, Don Quijote hubiera llegado en la cárcel en la primera ocasión. Cuando los cuadrilleros de la Santa Hermandad
vinieron en busca de Don Quijote porque había librado a los galeotes, el Cura le sacó de sus apuros declarando que era loco.

Esto se podría relacionar con el hecho de que Cervantes mismo bien pudiera temer a la Inquisición al aceptar nosotros la tesis de Américo Castro que Cervantes pertenecía a la casta de los cristianos nuevos.

Castro basaba esta opinión en el hecho de que Cervantes nunca mostró la creencia de ser mejores "los casos de la honra" como hizo por ejemplo un Lope de Vega. También afirmó Castro que después de sus heróicas acciones en Lepanto y Argel Cervantes no había sido galardonado con por ejemplo un empleo en las Indias, que había solicitado. Generalmente solo los cristianos viejos fueron autorizados a ocupar un puesto en América. Lo único que consiguió fue un empleo como alcabalero, oficio que antes era exclusivamente de hispanohebreos.

Un motivo más de creer que Cervantes fuese de descendencia hebrea es según Castro el hecho de que el padre de Cervantes era cirujano, también oficio de judíos.

El erasmismo de Cervantes bien puede proceder de un conocimiento directo y de una profunda meditación de la obra de Erasmo, visto que Cervantes era discípulo del humanista madrileño Juan López de Hoyos, quien cita el nombre de Erasmo en 1569, diez años después del índice de Valdés.

El Elogio de la locura pues trata de la locura universal. Es la sátira de los ideales e ilusiones humanas, y se puede considerarlo como una apología del entusiasmo y de la pasión. Erasmo ridiculiza los más nobles ideales humanos y exalta la locura. Da a entender que la pasión lleva a la locura, que esta locura da un impulso vital, tal impulso que puede atribuir al progreso del mundo.

Este pensamiento se ve también en el Don Quijote. La pasión de Don Qujiote de leer los libros de caballerías le vuelve loco y en un momento dado toma la decisión, o sea: recibe el impulso vital de rodear el mundo para debelar toda injusticia, enderezar tuertos y amparar los débiles, las viudas y los huérfanos.

Cervantes inyectó en el Quijote la dualidad de lo sublime y lo ridículo, que Erasmo había señalado como característica esencial de la locura. En la sublime ilusión de la locura de don Quijote encontramos los más altos ideales del humanismo cristiano, a saber:

- la caridad
- la piedad interior
- la devoción a San Pablo
- la fe que se remite al evangelio

y cuantas más que son expresados en el Enquiridion o Manual del Caballero Cristiano de Erasmo.

El 'Enquiridion' fue traducido en castellano en 1524 y el éxito fue tal que ningún libro religioso lo había tenido semejante desde la introducción de la imprenta en España. Apareció en 1526 con la aprobación inquisitorial de don Alonso Manrique.

En este libro Erasmo invitó a cada uno a sentir nacer en sí mismo un hombre nuevo. El caballero cristiano cuyo imagen ideal traza, tiene que caminar con invulnerable armadura, resplandeciente de fuerza y de fe. Tiene que cabalgar con la visera levantada sin ver a la Muerte.

La quintaescencia del cristianismo es según Erasmo la regla quinta del Enquiridion que dice:

"que todas las cosas visibles se deben tener en poco, y que éstas son las que el apóstol llama carne; y como conviene levantarnos siempre a las invisibles".

Hay que levantarse de la carne al espíritu, de lo visible a lo inteligible. Hay que poner en obra las ideas del espíritu tal como lo explicó San Pablo en los frutos de Caridad.

También Cervantes estimaba más a San Pablo que por ejemplo a los santos San Jorge, San Martín y Santiago, o sea San Diego Matamoros, porque aquél actuó más con el espíritu que con la espada. Don Quijote habló a propósito de San Pablo de un "trabajador incansable en la viña del Señor, doctor de las gentes, a quien sirvieron de escuelas los cielos, y de catedrático y maestro que le enseñase el mismo Jesucristo".

Don Quijote estaba penetrado del Evangelio. En la aventura de los rebuznos recuerda la ley bíblica que "nos manda que hagamos bien a nuestros enemigos y que amemos a los que nos aborrecen."

Según Marcel Bataillón esto fue el rasgo fundamental del erasmismo español: la crítica de las novelas y particularmente de la literatura caballeresca, pero hay muchos influjos más del humanista ROTTERDAMENSE, Por ejemplo:

- El ideal pastoril, expresado en la novela intercalada de Marcela y Grisóstomo.
- La fantasía moral, p.e. la historia del
Curioso Impertinente.
- La verosimilitud de las fantasías:
Cervantes opinó de la aventura de la Cueva de Montesinos que tiene que ser apócrifa por su imposibilidad.
- La sabiduría popular, p.e. los juicios expresados por
Sancho en el gobierno de la ínsula y los refranes que encadena.
- El ideal de
sencillez y la ética dispuesta al perdón y a la resignación. Este último vemos también en el relato del Curioso Impertinente, que había sometido la fidelidad de su mujer a una prueba demasiado peligrosa y muere de pena mientras traza palabras de perdón y se acusa a sí mismo.

Tampoco falta en el Don Quijote la vena satírica tan característica de Erasmo, dirigida sobre todo contra los clérigos y las ceremonias. Cervantes se burlaba de la repetición mecánica de los padrenuestros y avemarías en el episodio del bálsamo de Fierabrás; se burla de las oraciones que obran por la fuerza del número, p.e. en el relato de la penitencia que hizo Don Quijote en Sierra Morena, donde fabricó un rosario de las faldas de su camisa, con once ñudos, el uno más gordo que los demás y rezó un millón de avemarías.

Que no le inspiraban muy grande reverencia a las complicaciones del ritual de la iglesia romana vemos cuando Sancho cambia el mal aparejo de su burro por el bueno que había quitado al Barbero; Cervantes explicó que hizo 'mutatio capparum'. El 'mutatio capparum' hacían los cardenales en Roma al acercarse el tiempo caluroso; comparó pues, a un asno con un cardenal.

Cervantes pintó una descripción cómica de las figuras relgiosas. En el episodio del cortejo fúnebre huyeron de los asaltantes los doce clérigos de las hachas, igual que los frailes de San Benito. Don Quijote acusó al capellán de los Duques de hipócrita por no vivir ellos en medio de sus ovejas.

El ideal moral y religioso de Cervantes se ve expuesto en la descripción de la vida cotidiana de don Diego de Miranda, el Caballero del Verde Gabán, que dice de sí mismo:

- que no gusta de murmurar ni consiente que delante de sí se murmure,
- que no escudriña las vidas ajenas,
- que reparte de sus bienes con los pobres,
- que no da entrada en su corazón a la hipocresía y vanagloria,
- que procura poner en paz a los que saben que están desavenidos
- y que confíe siempre en la misericordia infinita de Dios.

Su vida sencilla, benefactora y piadosa, sin sombra de farisaísmo, apareció conforme al ideal erasmiano, al ideal de piedad laica, interior y evangélica.

Rasgo esencial del concepto del Quijote es el contraste entre apariencia y realidad expresado por Don Quijote con las famosas palabras:

"Eso que a tí te parece bacía de barbero me parece a mí el yelmo de Mambrino, y a otro le parecerá otra cosa".

Américo Castro llamaba este fenómeno que cada persona puede ver un objeto de manera distinta, o sea, que un mismo objeto puede ofrecer diferentes apariencias "el engaño a los ojos".

En el Elogio de la locura aludó Erasmo al mismo hecho diciendo:

"Todas las cosas humanas tienen dos aspectos a modo de los Silenos de Alcibíades, los cuales tenían dos caras del todo opuestas; por lo cual, muchas veces, aquello que a primera vista parece muerte.... observada atentamente es vida" y añade "todo en este mundo no es sino una sombra y una apariencia.... La realidad de las cosas depende solo de la opinión. Toda en la vida es tan oscuro, tan diverso, tan opuesto, que no podemos asegurarnos de ninguna verdad".

Este aspecto erasmiano-cervantino es muy significativo cuando tomamos en consideración que según Américo Castro la España de 1600 estaba regida por la opinión de la masa opinante, es decir de la casta dominante con que coincidía por ejemplo la comedia de Lope de Vega. Frente a ese opinión opuso Cervantes una visión suya del mundo, fundada en opiniones, expresadas por personas de todas las capas de la sociedad. Cervantes fundó la visión de su mundo en pareceres y en circunstancias de vida y no en unívocas objetividades.

En el capítulo 51 de la primera parte del Don Quijote habla el cabrero Eugenio del padre de Leandra, labrador honrado, y dijo: "aunque es anejo al ser rico el ser honrado, más lo era por la virtud que tenía que por la riqueza que alcanzaba". De modo que para la opinión equivale el ser rico al ser honrado, mientras Cervantes hizo constar que para él el ser honrado era igual al ser virtuoso.

Tanto Erasmo como Cervantes insistieron sobre la necesidad de la igualdad matrimonial. Sancho lo afirmó en el refrán "Cada oveja con su pareja."

La rígida división de las clases sociales se originó en la doctrina naturalista que se halla en el Elogio de la locura.

A los ya mencionados influjos erasmistas en el Don Quijote se puede añadir:

- la justicia espontánea
- la muerte súbita
- la actitud crítica frente a lo real
- los gérmenes de subjetivismo
- el uso autónomo de la razón en lo profano y lo sacro
- la crítica de las procesiones
- el honor pendiente de la virtud individual y
- el libre albedrío

Ya que no se puede determinar con seguridad absoluta que Cervantes era cristiano nuevo, esta idea no me parecía imposible en 1977. En todo caso se puede afirmar que en el Don Quijote vivía el ideal de una vida espiritual interiorizada de un cristiano individual. Don Quijote tenía una actitud crítica frente a las exterioridades de la vivencia religiosa.

¿Es posible que Don Quijote represente el punto de vista de un cristiano nuevo?

No se sabe exactamente. Conviene estudiarlo. Se podría verlo a la luz de la oposición que establece Cervantes entre Don Quijote y Sancho Panza. Cervantes insistió en la condición de cristiano viejo de Sancho Panza. El mismo Sancho lo afirmó en el capítulo 21 de la primera parte: "Yo cristiano viejo soy, y para ser conde esto me basta". Afirmación que Don Quijote debilita replicando: "Y cuando no lo fueras, na hacía nada al caso".

Motivo más de suponer que Don Quijote representase según Rodríguez Marín el punto de vista de un cristiano nuevo es la posibilidad de que hubiera servido de base a Cervantes, para su novela, un histórico hidalgo de la familia de los Quijada en Esquivias que en su pueblo era tenido por converso.

La supuesta situación conflictiva de la convivencia de Sancho Panza como cristiano viejo y Don Quijote como cristiano nuevo cabe exactamente en la teoría de Castro y además reflejaría el punto de vista erasmista del ideal de tolerancia por formar ambos una unidad armoniosa.

Sin embargo hay que admitir que todo lo dicho acerca de las ideas de las tres castas es un hipótesis con que, según el catedrático Jaime Sánchez Romeralo de la Universidad de Nimega, muchos eruditos no están de acuerdo. Por ejemplo Claudio Sánchez Albornoz y también Eugenio Asensio tenían sus reparos diciendo que por ejemplo en la política, cada vez que surge una disensión nacional, hay conversos de uno y otro partido. La hipótesis central de Castro, la de que existe una mentalidad y una sensibilidad distintiva de los conversos le parece errónea a Asensio.

Pone la mayor objeción contra la idea de que Dios haya forjado dos especies de cristianos: el cristiano viejo, sin problemas íntimos ni alma desdoblada y el cristiano nuevo refugiado en la emigración interior.

Despues de más de 25 años mis ideas sobre este asunto ha cambiado considerablemente.

Este discurso ha servido de base para el desarrollo del

INSTITUTO CERVANTES

Literatura

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Biblioteca Enciclopédica Popular
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Eugenio Asensio La peculiaridad literaria de los conversos
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Más información en español, inglés y neerlandés.

24 DE JULIO DE 2003 PONENCIA LA RELACIÓN ESPIRITUAL ENTRE HEYDANUS, ERASMO Y CERVANTES PRONUNCIADO EN LA FACULTAD DE DERECHO DE LA UNIVERSIDAD DE ALCALA DE HENARES

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